¿Importa la religión que uno siga?

La religión verdadera debe acercarnos a Dios, no ser un conjunto de ritos, tradiciones y fiestas

   Se calcula que el 70% de la población humana pertenece a una de las cinco religiones principales: budismo, cristianismo, hinduismo, islam y judaísmo. Aunque todas afirman ofrecer guía confiable, tienen enseñanzas muy distintas con respecto a quién es Dios y lo que él espera de nosotros.

   Por ejemplo, los hindúes creen en una multitud de dioses, mientras que los budistas ni siquiera parecen estar muy seguros de si existe o no un Dios personal. El islam enseña que solo hay un Dios. Y lo mismo hacen las iglesias que afirman ser cristianas, aunque muchas de ellas dicen que Dios es una Trinidad. Incluso entre estas iglesias existe una amplia variedad de enseñanzas. (Vea en jw.org el vídeo ¿Aprueba Dios todas las religiones?).

    Ahora piense en lo siguiente. Suponga que consigue un empleo. En su primer día de trabajo, el jefe está fuera, así que usted les pregunta a tres empleados cómo es el jefe. Uno le dice que es un hombre alto, joven y muy estricto. Otro afirma que es bajito, mayor y amable. El tercero le dice que el jefe no es un hombre, sino una mujer. Luego usted les pregunta qué es lo que debe hacer. Tampoco se ponen de acuerdo, cada uno de los empleados le dice algo diferente. Seguramente, si usted desea conservar su empleo, tratará de averiguar quién es en realidad su jefe y lo que espera de usted.

   Lo mismo sucede en materia religiosa. Entonces, ¿cómo podemos averiguar la verdad sobre Dios? ¿nos ha dado Dios alguna guía que nos ayude a decidir en materia religiosa? Sí, la Biblia. Dios hizo que se escribiera la Biblia para que en todas partes la gente pudiera aprender acerca de él. La Biblia nos asegura que Dios "no hará nada sin haberles revelado su secreto a sus siervos, los profetas" (Amós 3:7). La Biblia se escribió en materiales que se deterioran fácilmente. Se usaron rollos que se hacían con piel animal o con tallos de una planta llamada papiro. Pero hombres que amaban la Biblia hicieron muchas copias a mano y con cuidado. Aunque mucha gente poderosa trató de acabar con ella, otros estuvieron dispuestos a arriesgar su vida para protegerla. Jehová no ha permitido que nada ni nadie le impida comunicarse con nosotros.

   La Biblia es el libro más traducido y distribuido del mundo. Se han distribuido 5.000 millones de ejemplares. Está disponible, entera o en parte, en 3.350 idiomas. El 96,5% de la población mundial tiene acceso a la Biblia. Ningún otro libro se acerca a estas cifras. ¿No se esperaría eso del libro que Dios use para darse a conocer? (Vea el vídeo ¿Quién es el autor de la Biblia?)

   Además, mientras que la mayoría de los libros religiosos hablan muy poco o nada de Dios, la Biblia nos familiariza con Dios y sus actos. Dios nos dice a través de la Biblia: “Yo soy Jehová. Ese es mi nombre; mi gloria no se la doy a nadie, ni doy la alabanza que me pertenece a imágenes esculpidas” (Isaías 42:5, 8). Aquí Dios, nuestro Creador, se presenta a sí mismo por su nombre singular, Jehová (o Yavé), que lo distingue de otros que dicen ser dioses. ¡En la Biblia ese nombre aparece más de 7.000 veces! Además, Dios nos dice que él no aprueba que utilicemos imágenes religiosas en su adoración. Recuerde que Dios se disgustó muchísimo cuando, en los días de Moisés (después del éxodo de Egipto), su pueblo utilizó un becerro de oro en una "fiesta en honor a Jehová Dios" (Éx 32:1-8, 18, 19). En la Biblia también leemos que Dios es “misericordioso y compasivo, paciente y lleno de amor leal y verdad, ..., que perdona errores, ..., pero que jamás deja sin castigo al culpable” (Éxodo 34:6). Además nos dice que Dios “acepta a los que le temen y hacen lo que está bien, sea cual sea su nación” (Hechos 10:34, 35) Prueba de esto es la difusión que ha alcanzado la Biblia. (Vea los vídeos ¿Tiene Dios un nombre? Y ¿Por qué creó Dios la Tierra?)

   En la Biblia, también aprendemos quién realmente es Jesús. Dios dijo de Jesús: “Este es mi Hijo amado; él tiene mi aprobación. Escúchenlo” (Mateo 17:5). Jesús nunca se consideró igual que Dios. Jesús, hablando de Dios dijo: “vengo como representante suyo y fue él quien me envió” (Juan 7:29). Jesús en repetidas ocasiones demostró que le debía obediencia a Jehová; por eso lo llamaba “mi Dios” y “el único Dios verdadero” (Juan 20:17; 17:3). Hablaba como el trabajador que llama “mi jefe” o “el único encargado” a la persona que está por encima de él y a la que debe rendirle cuentas. Jesús también mostró que él y Dios eran personas distintas. Cuando sus enemigos pusieron en duda su autoridad, les dijo: “El testimonio de dos personas es verdadero’. Yo soy el que da testimonio a mi favor, y también da testimonio a mi favor el Padre, que me envió” (Juan 8:17, 18). Para considerar su testimonio y el de Jehová como dos testimonios, es obvio que no podían ser un mismo ser. Además, Jesús enseña que los adoradores verdaderos solo adorarán y darán culto al Padre, a nadie más (Juan 4:23, 24; Mateo 4:10).

Jesucristo entendía muy bien su papel cuando dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie puede llegar al Padre si no es por medio de mí" (Juan 14:6). Solo quien acepte a Jesús y sus enseñanzas, y siga su ejemplo, puede llegar al Padre, Jehová Dios.

No cabe duda, merece la pena descubrir más acerca del `único Dios verdadero y de su enviado, su Hijo Jesucristo´ (Juan 17:3). (Vea el vídeo ¿Jesucristo es Dios?).

Vea Jesús nos enseña a identificar a sus verdaderos seguidores

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